2 de marzo de 2013

El olvidado, Parte 7: Destino alternativo


  Transcurrió un año. Un año viéndolo todo desde mi lugar en la estantería del chico. Viéndolo jugar, estudiar, leer, soñar; viéndolo caer, gritar y llorar. Aunque yo permanecía impasible en mi posición, movido únicamente para sacudirme el polvo. Yo era un espectador, uno de tantos, que observaba la vida del chico desde su cuarto. 

  Un día entró corriendo como siempre, pero esta vez vino hacia la estantería donde estábamos los libros. Traía una bolsa. Buscaba excitado entre nosotros, cogió uno, dos, tres libros, y entonces me cogió a mí. Salimos de su habitación y entramos en otra. 

  Pósters de colores rojo, amarillo y verde adornaban las paredes. La persiana bajada causaba una penumbra rota por el brillo de una pantalla. Importunado por la interrupción, el hermano mayor se giró en su silla y miró a la puerta de forma despectiva: 

  -¿Qué quieres?- dijo con un deje molesto. -Vengo a por los libros que te he dicho antes. -Coge los que quieras. Están por ahí.

  Señaló una estantería abarrotada de objetos. El pequeño se acercó y apartó una cajetilla metálica y una bolsita de plástico con tabaco dentro. Al despejar el camino lo vi, un libro abierto con la mitad de las hojas arrancadas. Era el libro que entró conmigo en esta casa, el libro que se quedó el hermano como recuerdo de su abuelo. O lo que quedaba de él, pues había sido despiadadamente mutilado. Roto y destrozado, apenas le quedaban unas páginas. Y pensar que yo me quejaba por unas esquinas dobladas. ¿Qué le había hecho? ¿Para qué querría su papel? ¿Cuál era la causa de aquel crimen? Quise tener lágrimas para poder llorar por él. Me percaté de que mi amigo no era la única víctima del maltrato, aunque sí la más afectada. ¿Cómo puede haber un asesino en serie suelto que ni se molesta en ocultar los cadáveres? 

  El hermano menor sólo pudo rescatar a uno y lo unió a nuestro grupo. Nos marchamos todos juntos de aquel lugar oscuro que tan malas sensaciones daba. 

  Metidos en la bolsa, nos dejó en el pasillo, cerca de la puerta. ¿A dónde nos llevaba? No lo supimos hasta la mañana siguiente.


CONTINUARÁ...
Parte 8: Despedida (9 de Marzo)

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