19 de enero de 2013

El Olvidado, Parte 1: Surgir


  Mis padres fueron los árboles; uno dio el papel, otro se transformó en carbón que hizo la tinta que cada página impregnó. Hubo una celestina, no quiso dar su nombre, unió a los dos amantes y desapareció. Y surgí yo; no fui el primero, tampoco el último de sus descendientes. Ahora me hallo presente en la estantería de una librería, junto a otros como yo, cada uno de su padre y de su madre, cada uno de su propia celestina.

  Un libro rodeado de libros, ese soy. Esperando a la persona que me lleve hacia su casa y pueda contarle mi historia. Mientras tanto, mi cubierta está plegada, las horas pasan, los días, las semanas, también pasan las miradas rápidas sobre mi lomo pero nadie me compra. Sufro el abandono por una portada simple que no llama la atención.

  Gotas de lluvia golpeaban el escaparate para poder entrar. De nuestro lado las miraban los libros más codiciados. Los demás aguardábamos nuestro momento de gloria unos junto a otros. Sin escapatoria, puestos en fila como en un fusilamiento, esperábamos la bala de una mirada que atinara a nuestra portada.

  Entró un señor mayor, abrigo negro, gorra plana a juego, bufanda roja y en la mano un bastón. Buscaba por las estanterías, sacando libros aleatorios y leyendo sus contracubiertas. La suerte o el destino hizo que sus dedos toparan conmigo. “Parece que le intereso” pensé. En sus manos me quedé mientras hojeaba otros libros. Los señores mayores tienen buena fama, cuidan bien sus ejemplares y los leen con afán. Me llevó hasta el mostrador donde la librera me pasó por el lector. El anciano pagó y yo mostraba mi alegría sin inmutarme.

  -¿Bolsa?
  -No.

  Aquello me dio mala espina. Sin bolsa, ni mochila, ni maletín dónde llevarme, ¿cómo me protegería de la intemperie? Pero al salir por la puerta me cubrió con su abrigo y anduvimos hasta su hogar. Al llegar me colocó en un estante, junto a una buena colección, me sentía como en la librería: uno más. No era exactamente la sensación que esperaba, quería ser especial, quería ocupar un lugar importante en el estante de alguien.

CONTINUARÁ...
Parte 2: Lector de sillón (26 de Enero)

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