En un mundo de lámparas fundidas
Pocas luces quedan encendidas
Sólo las más jóvenes aún brillan
Con la fuerza de la inocencia
Y la felicidad como energía.
Soy testigo, nace una bombilla,
Su luz es la alegría
Pequeña niña, gran sonrisa
Contagia a todo el que la mira
E incluso las luces fundidas
Por un instante, tililan.
¡Qué magnífico poder, en una persona tan chica!
Yo, haré todo lo posible para que su luz alumbre
Cada uno de sus sueños, cada una de sus cumbres
Que suba a lo más alto y triunfe.
Deseo que la pequeña bombilla
Que hoy nuestras caras ilumina
Sea mañana un faro alumbrando en la lejanía.
A mis primillos y primillas
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