Siempre quise volar, tocar las estrellas
La luna, presidente de este manto oscuro,
De diseño maestro y proporciones bellas
Desde la luz intensa al negro puro.
Llamaba mi atención el cielo nocturno
Donde en vastos océanos de nada
Nadan miles de soles diminutos
Que son los nodos de invisibles telarañas.
No miraba siquiera donde piso
Menosprecio al mundo donde vivo,
No veía belleza en el vestido
[ de ocre tierra
Que cubre la desnudez ardiente del planeta.
Aunque es bello el magma desde fuera
Pierde atractivo si la distancia se reduce
Porque no es oro todo lo que reluce,
Y aquello que estás harto de ver
Brilla más de lo que crees.
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