Suena un melódico y armónico canto
Que el ruido de los coches no nos deja oír
Pone a danzar ráfagas de aire
Llevando un mensaje:”Venid, venid”
Pero los paraguas son usados contra el viento
Y la llamada nunca llega a su fin.
Origen, en una glorieta
Encaramada a una roca
Donde posa una bella sirena
Que sonríe, pero por dentro llora.
Guiado por su canto, alguien se acerca
Y ve que invisibles lágrimas brotan
De sus ojos inundados de tristeza.
-Dime, sirenita, ¿por qué lloras?
-Es porque me siento sola
Ya nadie acude a mi canto
Los marineros parece que me olvidaron
¿Será que le falta dulzura a mi voz?
¿Será la canción que madre me enseñó?
¿Será que no luce lustrosa mi cola?
-¡Basta! Para de culparte, sirena
Mira a tu alrededor, ¿No te das cuenta?
Llegué a tu lado, ya no estás sola.
-Pero no eres marinero
Ni capitán ni grumete.
-¿Acaso importa mi trayecto
O los mares que haya cruzado?
Si he llegado a tu lado,
¿Me vas a decir vete?
-No es eso lo que pretendo
Sólo pongo de manifiesto
Que si no conoces la mar
¿Cómo me acompañarás?
-¿Tan difícil es navegar
Que no me puedes enseñar?
Quizás cuando aprenda te sorprenda
Que soy un Magallanes en potencia
O incluso un mismísimo Colón
Tal vez sea un pirata de Espronceda
Y de mi barco, tu seas mi mascarón.
-Es muy bonito lo que hablas
Como bonitas son las nubes
Mas cuando vas a tocarlas
Cambiarán a donde estuve.
-Comprobémoslo entonces
Pues nadie se nos interpone.
Y hacia el azul mar partieron
La sirena y su caballero.
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