Mientras doy vueltas al cordón de mi capucha
Es a Dios a quien le hablo y el silencio quien me escucha;
No me veréis a mi rogando ayuda
Ni a los santos, ni a las santas, ni a las mismísimas putas.
Aguardando que se obre el milagro,
Que a este ente físico le llegue su regalo,
Que Dios no se juegue mi destino a los dados
Y que mi destino se asemeje a lo soñado.
Solo espero que la espera
Vaya a valer la pena
Que a mayor el sacrificio
Mayor la recompensa.
Estoy harto de quedarme siempre ante la alambrada
Que toda calle por la que me pierdo está cortada
Y ya antes de entrar veo la frustrante tapia.
Pero en fin, la vida sigue sola por su cuenta
Confiando en que llegue otra calle y en ella me pierda
Y que esta no acabe, que sea infinita y sea la correcta.
Mientras al cordón de mi capucha le sigo dando vueltas.
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